El viaje escolar desde Monte Maíz a Carlos Paz se demoró tras dar positivo un chofer en un test de narcolemia.
Un grave episodio se registró durante la madrugada de este lunes, alrededor de las 3 de la mañana, en la terminal de ómnibus de Monte Maíz, cuando un micro aguardaba para iniciar un viaje de estudios con 40 alumnos de sexto grado de la Escuela José de San Martín, acompañados por varios padres, con destino a Villa Carlos Paz.
Antes de la partida, y por iniciativa de los adultos responsables, se realizaron controles preventivos a los choferes. El test de alcoholemia fue efectuado sin costo por personal de Guardia Urbana, que intervino a pedido de los padres de los alumnos. En tanto, el control de narcolemia requirió la contratación del servicio privado de Re Emergencias, por lo que los padres organizaron una colecta de 2.000 pesos por persona para solventar esa prueba específica.
Fue durante el control de narcolemia cuando uno de los conductores arrojó resultado positivo en sustancias, lo que generó sorpresa y preocupación entre las familias presentes. Ante esta situación, el chofer fue trasladado al hospital para su evaluación. Posteriormente, y por decisión propia, el conductor se dirigió a la comisaría local para realizar una exposición en relación con la situación vivida.
Cabe aclarar que la Policía no participó del operativo de control, y que la única intervención oficial fue la de Guardia Urbana, exclusivamente para la realización del test de alcoholemia, solicitado por los padres.
El episodio provocó una demora aproximada de una hora en la salida del micro desde Monte Maíz. Finalmente, el viaje pudo concretarse bajo condiciones especiales: la conducción quedó a cargo del chofer que dio negativo en todos los controles, mientras que un padre viajó como acompañante en la cabina, como medida preventiva durante el trayecto.
Desde el ámbito municipal se precisó que el Municipio no cuenta con equipamiento para realizar controles de narcolemia, razón por la cual ese procedimiento debió ser gestionado de manera privada.
El hecho reavivó el debate sobre la necesidad de controles integrales y sistemáticos a choferes de transporte de larga distancia, especialmente en viajes que involucran a menores de edad.
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