La oposición pide informes y el municipio exhibe tareas tras las dudas sobre el Fodemeep.
La Municipalidad de Monte Maíz difundió en los últimos días una serie de comunicados oficiales en los que exhibe tareas de mantenimiento en instituciones educativas locales. Pintura, hidrolavado, limpieza de canaletas y reparaciones en techos forman parte de las intervenciones destacadas en publicaciones tanto en la web municipal como en redes sociales.
El mensaje oficial se sostiene en una idea central: el municipio estaría “colaborando activamente” en la mejora de las condiciones edilicias de las escuelas. Sin embargo, detrás de esa narrativa se esconde una obligación concreta y sostenida en el tiempo: la administración de los fondos provinciales del FODEMEEP (Fondo para la Descentralización del Mantenimiento de Edificios Escolares Provinciales).
El discurso de la colaboración
En el caso de la Escuela Luis de Tejeda, la Municipalidad informó sobre trabajos de limpieza y reparación de sectores “dañados por el paso del tiempo”. En paralelo, en el IPEM 126 “Ada Eva Simonetta” se destacaron labores de pintura en el patio, arreglo de aberturas y rejas, y el uso de mano de obra local.
El tono de los comunicados enfatiza la idea de acompañamiento voluntario, como si se tratara de un esfuerzo extra del municipio. Sin embargo, los propios documentos oficiales del FODEMEEP muestran que se trata de una responsabilidad institucional y no de una mera colaboración.
Qué exige el FODEMEEP
El fondo provincial tiene un objetivo preciso: garantizar el mantenimiento preventivo y las reparaciones menores de los edificios escolares estatales. Para ello, la Provincia transfiere millones de pesos a municipios y comunas, que deben administrar y ejecutar las obras, además de rendir cuentas.
Los comunicados de FODEMEEP son claros:
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Durante el receso de verano las escuelas no deben permanecer cerradas, a fin de garantizar el ingreso de cuadrillas de mantenimiento.
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Los municipios están obligados a confeccionar listados de responsables y planificar los trabajos.
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Se exige la ejecución de la totalidad de los saldos acumulados, bajo amenaza de suspender desembolsos futuros.
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También se establecen capacitaciones obligatorias para la digitalización del sistema y el control de incidencias.
Los fondos que llegan mensualmente a Monte Maíz equivaldrían a dos sueldos de los principales cargos del Ejecutivo Municipal, y deberían garantizar el mantenimiento completo de las escuelas.
Lejos de ser un gesto de buena voluntad, el mantenimiento escolar constituye una obligación legal y financiera del municipio.
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| Mensaje Oficial desde FODEMEEP |
La presión política
El giro en la comunicación municipal no ocurrió en un vacío. Desde hace más de un mes, concejales opositores y miembros del Tribunal de Cuentas vienen solicitando información detallada sobre la utilización de los fondos del FODEMEEP.
En paralelo, se realizaron reuniones con directivos escolares para relevar de manera directa qué trabajos se concretaron y cuáles quedaron pendientes. De ese relevamiento surgieron cuestionamientos serios: pasos administrativos poco claros, rendiciones dudosas y un uso de los fondos que genera sospechas.
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Mensaje Oficial de FODEMEEP a los municipios |
Fotos después del reclamo
Fue a partir de este escenario que la Municipalidad de Monte Maíz comenzó a difundir imágenes de cuadrillas trabajando en escuelas. La decisión de mostrar obras en marcha aparece así como una reacción política frente a la presión institucional más que como una política sostenida de mantenimiento.
El contraste es evidente: mientras la Provincia exige planificación, ejecución y rendición permanente, el municipio presenta intervenciones tardías bajo el rótulo de “colaboración activa”.
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| Mensaje Oficial de FODEMEEP |
Lo que queda pendiente
El caso Monte Maíz pone en evidencia una contradicción: mientras los fondos del FODEMEEP fluyen desde Córdoba con la finalidad de asegurar condiciones dignas para docentes y estudiantes, la Municipalidad los presenta como un aporte extraordinario.
Las obras, que deberían ser parte de un plan de mantenimiento constante, aparecen como gestos comunicacionales frente a la presión opositora. Y lo más preocupante sigue sin resolverse: una rendición clara, completa y transparente del destino de los recursos millonarios que llegan al municipio para garantizar la educación pública.
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