Ellas trabajan en silencio, sin ser reconocidas, Recicladoras del Basural de Monte Maíz

Mujeres que con calor, olor, insectos y los peligros del lugar, trabajan todos los días intentando reciclar lo que más pueden.

Mujeres que con calor, olor, insectos y los peligros del lugar, trabajan todos los días intentando reciclar lo que más pueden. Hace días les robaron todas las herramientas y parte de su trabajo.

En esta oportunidad visitamos el basural de Monte Maíz, queríamos conocer a las personas que trabajan reciclando.

Mucho se habla de los trabajadores municipales o del municipio, pero nunca se menciona o se destaca el trabajo de las personas, que en silencio escarban entremedio de las montañas de residuos, para encontrar metal, cartón o plástico y reciclar en medio de los riesgos que este lugar ofrece, desde ratas, gusanos, alacranes, insectos, contaminación, entre tantos otros.

En varias oportunidades y en distintas gestiones de gobierno, el municipio intentó que los vecinos reciclen los residuos, nunca se logró el cometido y se retrocedió en el proceso. Para este reciclado se construyó un galpón en el cual existe una cinta transportadora, una máquina picadora de plásticos, las cuales no están en funcionamiento, el único elemento eléctrico utilizado al momento de visitar el lugar, es la prensa con la cual se arman los fardos.

"Nosotros seguimos reciclando lo más que podemos, tratando de disminuir un poco el volumen de la basura, lo único que se ha hecho tan grande todo, que nos está costando bastante" dijo Victoria trabajadora del predio.

El miércoles 20 de enero por la mañana, visitamos el lugar en el cual se encontraban trabajando en reciclado tres mujeres, falta un hombre que es mayor de edad y se encuentra aislado por ser positivo de Covid. Las personas del lugar nos recibieron muy bien y fueron muy amables.

Recicladoras  Idalia Salinas y Victoria Calafell paradas frente al galpón

Victoria Calafell, es la mujer que se animó a hablar y a contarnos su experiencia y el trabajo que realiza, siendo 17 años de servicio y sus compañeros tienen 14 años trabajando allí.

Al consultar como es el trabajo que efectúan, Victoria nos dijo:

"Contamos con una prensa para alisar paquetes de cartones, paquetes de feel, paquetes de pet (el de las botellas de gaseosas), después, todo lo otro, contamos a veces con el apoyo de los muchachos que trabajan en los vehículos, que nos movilizan las cosas, pero después todo a pulmón"

Recicladoras  Idalia Salinas y Victoria Calafell paradas frente al galpón

"lo que nosotros reciclamos después tratamos de conformar una carga y llamamos al viajante que venga y la busque, eso forma parte de nuestros ingresos, lo que obtenemos por esa carga, la municipalidad nos paga mensualmente un pequeño salario,después nuestro ingreso está conformado por lo que nosotros juntamos, podemos reciclar y vender, no es fijo nuestro ingreso"

"Nosotros recorremos el predio,vamos sacando lo que vemos que podemos reciclar, hay cosas que podríamos reciclar pero que los viajantes por los costos del flete no pueden venir a buscar, no es como en las grandes ciudades donde está todo a mano, acá tienen que recorrer muchos kilómetros para buscar determinada mercadería y a veces no les conviene, habría que hacer un volumen muy grande, o juntarse dos o tres municipios y proporcionarle al viajante una carga que le signifique venir acá"

Al momento de visitar el lugar, la temperatura ambiente rondaba los 30 grados, pero la sensación térmica en el basural parecía mayor, e incluso el olor nauseabundo, los insectos, hacen un lugar proclive para desarrollar enfermedades, sin embargo, estas personas luchan todos los días para juntar elementos que le permitan obtener un pago y así conformar su salario, un sacrificio muy grande, con pocas ganancias y muchas horas de trabajo en un lugar donde muy pocos quieren estar, pero a pesar de ello, hace días les robaron las herramientas con las cuales desempeñan sus funciones. Así lo relataba Victoria:

"Hace unos 10 días más o menos, cuando llegamos a la mañana, nos dimos con que habían roto el candado del galpón, habían sustraído metal que estaba listo, limpio para vender y nos llevaron todas las herramientas de mano, no nos dejaron una sola herramienta, nosotros calculamos que aproximadamente por un monto de $30 mil nos costaría reponer de nuevo nuestras herramientas, así que ahora estamos sin herramientas, tenemos dos o tres de esas viejas que uno va encontrando, pero ya veremos de a poco de hacernos de nuevo con las herramientas, nos dio mucha bronca e impotencia, porque quién robó aquí en el galpón le robó a alguien humilde, que vive el día a día con su trabajo, si bien vino la policía, nos tomó la declaración, se hizo la denuncia, se contactaron con los desarmaderos de acá de Monte Maíz, pero todavía no tuvimos ninguna noticia"

Mujer reciclando cobre de un viejo transformador

La trabajadora reflexiona diciendo "Tenía 36 años cuando entré acá al basural, hoy tengo 53" seguidamente señala que siempre están a disposición para realizar las tareas que correspondan

"Yo siempre le digo a quien esté en el municipio, como autoridad de turno, que para nosotros el basural es como nuestra segunda casa, nosotros lo sentimos y la sufrimos como si fuera la casa nuestra, y queremos que las cosas funcionen, tratamos de hacer todo lo posible cuando hay algún plan o alguna idea o proyecto, cuentan siempre con nuestro apoyo, Porque queremos que funcione, le conviene ellos y al pueblo"

Victoria señala la importancia de tener un basural bien organizado, y con la diferenciación de residuos correspondientes.

"Un basural ordenado, que esté bien manejado, significa que no se prenda fuego, que no venga gente y prenda fuego, a veces viene gente y prende fuego, a veces se prende fuego por combustión espontánea, eso afecta mucho el pueblo, dado el lugar en que está ubicado el basural"

Monton de basura a unos 40 metros del galpón de reciclado

Desde Sintonía queremos reconocer la labor de estas personas, que generalmente son desconocidas para la población, pero que trabajan desde el silencio, con un salario mínimo y no fijo, en un lugar donde nadie quiere estar.

Agradecemos a Victoria por permitirnos dialogar y compartir con nosotros lo que allí se hace. 

También debemos destacar, que en las imágenes solo aparecen dos mujeres, porque una joven no se animaba a figurar en la cámara, a pesar de ello, nos recibió muy bien, siendo muy simpática y educada. 

De esta visita, hay mucho por sacar como reflexión, por todo lo que acontece en la localidad con muchas problemáticas.

Las personas que desarrollan la tarea de reciclado en el lugar son Idalia Salinas, Lucrecia Pereyra, Victoria Calafell y Raúl Montoya. Nuestro sentido y destacado reconocimiento para ellos que trabajan sin mirar atrás y con la frente en alto.

Basural Monte Maíz